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Adaptación de un texto original de Mandarax

Theia es un planeta rocoso de medianas dimensiones, que tarda 392 días en completar su órbita alrededor de una joven estrella de tipo G2, conocida como Solaria, en el interior de la nebulosa de una antigua supernova.

La traslación de Theia alrededor de Solaria se produce a unos 167 millones de kilómetros de la estrella, lo que proporciona una temperatura planetaria equiparable a la terrestre, aunque ligeramente más fría, con una temperatura media que sería de alrededor unos 13º C (aunque las mínimas y máximas distan mucho de este promedio). El eje planetario de Theia gira en la misma dirección en que se desplaza alrededor de Solaria, proporcionando un largo ciclo estacional que llega a durar tres años


Planisferio


El planeta posee un alta densidad y es rico en materiales pesados, principalmente hierro, herencia de la supernova. La atmósfera se compone de Nitrógeno, Argón, Oxígeno y otros gases, incluyendo vapor de agua y Dióxido de Carbono. Theia posee una luna principal, Orpheus, que junto a otros diminutos satélites describe una órbita estable a su alrededor. La masa continental es mayor que la terrestre, y el agua sólo ocupa un 63% del planeta (en comparación con el 70% de la Tierra) con una mezcla de montañas, llanuras, desiertos y bosques, y alguna zona de jungla en los trópicos. Ambos polos albergan hielos perpetuos, que conforman la mayoría de las reservas de agua dulce planetaria.


Continental
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Aunque la principal diferencia entre Theia y nuestra Tierra reside en su atmósfera. La atmósfera de Theia es muchísimo más densa que la terrestre a causa de su alto contenido en Argón (21%), aunque ello no impide el desarrollo de la vida, incluida la humana. La principal consecuencia que esta alta concentración produce en el planeta se traduce en pautas de cambios meteorológicos más lentas y estables, con algunas zonas donde este cambio es prácticamente inexistente. En otras palabras, hay zonas permanentemente soleadas, mientras otras se ven azotadas por eternas tormentas. En estas últimas ya se ha contemplado la puesta en marcha de proyectos experimentales de captación y transformación de la energía eléctrica de las tormentas para su aprovechamiento como fuente de energía potencialmente ilimitada. Estas sólidas instalaciones poseen inmensas torres que se alzan hacia los turbulentos y oscuros cielos para aprovechar los vientos y la electricidad en beneficio de la humanidad.


Hightower


Por otra parte, la densa atmósfera produce mucha más fricción cuando algo se desplaza a su través, y el viento genera mucha más electricidad estática que en la Tierra. Como resultado, las tormentas de rayos son extremadamente habituales e intensas, incluso en los cielos despejados de zonas áridas azotadas por el vientoc. Esta densidad atmosférica también facilita el vuelo de vehículos, tanto los más ligeros como los más pesados que el aire. Las naves más ligeras que el aire (tipo zeppelín) pueden ser significativamente más pesadas en volumen de lo que sería su contrapartida terrestre y aún así desplazan suficiente atmósfera para garantizar la flotabilidad, mientras que los aeroplanos pueden llevar mayor carga con menor superficie de ala. Aún así, la densidad del aire (y la fricción generada) ha impedido que las aeronaves más pesadas que el aire puedan alcanzar grandes distancias y altas velocidades.


Air Battle


El alto contenido en metales pesados de Theia ha condicionado la economía planetaria, y el hierro, bauxita, cobre, molibdeno, tungsteno y plomo se encuentran todos de forma habitual en ingente cantidad. Esta abundancia de metales ha propiciado un rápido uso militar y civil de estos recursos durante los últimos cien años, tan pronto como tuvo lugar el descubrimiento de los procesos de fundición y aleación.

El cielo nocturno es un espléndido espectáculo en todo el planeta, con el espacio permanentemente iluminado en pálidos colores azul y rojo de la nebulosa que rodea el sistema solar.


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